martes, 21 de octubre de 2008

Capítulo 1

Prólogo

El aire cargado por el humo de las casas incendiadas era casi irrespirable, pero Hals sabía que no podía permitirse flaquear ahora. Una vez más desvió el arma mellada de aquel ser horrendo y le asestó un golpe en el hombro. Nada. La criatura tenía numerosas heridas sangrantes pero era demasiado fuerte o demasiado estúpida como para aceptar que estaba muerta. Al muchacho las piernas le respondían a duras penas y los brazos le ardían con cada esfuerzo por atacar o defenderse. “A este ritmo” pensó “Voy a acabar regando el suelo con mi sangre”.

El arma de la bestia mitad cerdo mitad hombre describió un arco y Hals la detuvo a escasos centímetros de su cara.

Aquel monstruo era fuerte y si no conseguía desembarazarse del forcejeo tendría las de perder. El arma se acercaba lenta pero imparable hacia su cara. Hals soltó una mano de la empuñadura y usó su antebrazo, protegido con un viejo brazalete, para empujar el arma hacia un lado. Sintió una punzada de dolor en la barbilla. “Tranquilo, no pierdas la cabeza” se dijo “Tan sólo es un corte superficial”

Dio un salto hacia atrás, pasó la mano por la herida, y se preparó para cargar.

Se abalanzó contra su rival e intentó asestarle un golpe en el costado, pero perdió el equilibrio al esquivar la acometida enemiga.

“Estoy perdido” pensó mientras hacía un esfuerzo titánico por no caer al suelo “Nunca pensé que acabaría muerto a manos de escoria como esta”.

Los segundos le parecían horas y esperaba con amargura el golpe que acabaría con su vida. Pero el golpe no llegó.

Hals cayó al suelo y escuchó una voz que no había oído antes, pero que le pareció dulce como un sueño.

- Hay que ver, chaval. Aún estás muy verde.

El muchacho se dio la vuelta para ponerse boca arriba y apoyó las manos en el suelo.

Un hombre de unos cuarenta años lo miraba con unos fríos ojos grises unos metros más allá.

- ¿No vas a levantarte?
- Err… - titubeó Hals, asombrado.
- Parece que tenías problemas con este krethlan…
- Más que problemas… Gracias por salvarme…
- No hay de qué, chico. – dijo el hombre mientras limpiaba su espada ensangrentada con un paño- ¿Cómo te llamas?
- Hals Gerker.
- Encantado, Hals Gerker. Mi nombre es Rolf Topfer y por lo visto los dioses me han utilizado para que vuelvas a enfrentarte a estos indeseables cuando seas un mejor desafío… o una mejor cena.
- Esperemos que lo primero.
- Eso sólo el tiempo lo dirá, chico. A unos nos templa y a otros nos rompe…
- Señor, siento interrumpir, pero he de ir a ver cómo está mi familia…
- Hm –sopesó el hombre- Será mejor que te acompañe… Puede que haya algún monstruo rezagado.
- Se lo agradecería.

Hals y Rolf caminaron entre las casas quemadas y los cadáveres mutilados. A medida que se acercaban a su destino perdían la esperanza de encontrar a alguien con vida.

- Chico… Yo me prepararía para lo peor… -comentó Rolf con todo el tacto que un hombre que ha dedicado su vida a la guerra puede tener.

Hals se detuvo ante una casa cuya puerta había sido derribada con violencia.

- Esta… esta es… - tragó saliva- ¿Madre? ¿Padre? ¿Estáis ahí?
- Espera aquí, yo echaré un vistazo

El muchacho esperaba con toda su alma que aquel hombre que acababa de conocer le diese una señal de que sus padres estaban bien.

Pero no fue así.

- Lo siento, hijo. –dijo, y sus palabras sonaron como un bloque de granito que cae violentamente contra el suelo – Lucharon hasta el final. Puedes estar orgulloso de tu familia.

Hals no dijo ni una palabra. Se dirigió hacia la parte trasera de la casa y volvió con una pala que había tenido tiempos mejores, y con esfuerzo se puso a cavar.

Rolf se acerco a Hals y le preguntó:

- ¿Qué haces muchacho?
- Enterrar a mi familia –consiguió responder Hals ahogando un sollozo.
- No soy quien te vaya a detener, pero tal y como lo veo yo, tu familia se merece un final mejor que acabar enterrados en medio de un camino. A los hombres de valor se tiene por costumbre incinerarlos…

Cabizbajo se acercó a unos escombros que aún ardían y cogió uno de los maderos que utilizó a modo de antorcha para prender fuego a su casa.

- Me refería a una pira en un lugar… diferente... a este paso prenderas fuego a lo que queda del pueblo…
- Ya no hay nada que me ate a este pueblo –afirmó mientras el que había sido su hogar se quemaba- Ahora podré buscar a quien haya hecho esto… y hacerlo pagar.
-Es una causa tan noble como cualquier otra, – asintió el hombre – pero esto puede que no haya sido más que un saqueo.
- En ese caso acabaré con los que hayan sobrevivido.
- Relájate chico. ¿Cómo los distinguirás? ¿Irás preguntando a cada una de esas bestias si atacaron Ninereeds?
- Si es necesario, lo haré. – sólo entonces se pudieron percibir lágrimas en sus ojos, que secó rápidamente con su mano.
- No sé si es que la impotencia te ciega o es que tienes lo que hay que tener… Pero voy a ayudarte. A un día de viaje de aquí hay un hechicero que podría encarrilarte. Sólo tenemos que encontrar algo que pertenezca a los krethlan que aún sigan vivos y lo utilizará para decirte su ubicación.
- Busquemos.

Hals buscaba debajo de cada piedra como un loco. El tiempo pasaba y ya habían recogido en un hatillo varios objetos sospechosos.

Cuando se hubo puesto el sol decidieron que era momento de cesar la búsqueda. Habían encontrado bastantes cosas que podrían valer y se merecían un descanso.

Rolf encendió una hoguera, limpió la herida que Hals tenía en la barbilla y le aplicó un ungüento para que sanase mejor.

-Tu primera cicatriz. Muéstrala con orgullo.-dijo Rolf con tono paternal.
-Me ayudará a no olvidar por qué lucho.
-Ja ja ja, no te preocupes, te lo recordarán constantemente los que intenten matarte. –se burló el hombre.
-Hmpf
-Listo. Puedes irte a dormir.
-Me quedaré haciendo guardia contigo.
-Duérmete, no hará falta guardia. Tengo mis recursos.

10 comentarios:

Anónimo dijo...

Jummm... Qué oportuno que apareciese Rolf en el momento adecuado...

Anónimo dijo...

Es un jedi. Enserio. xDDDD

Galliard dijo...

Yo creo que es un pederasta, que estaba acechando al niño, y lo salvo con pretensiones de poder abusar de el mas adelante...

Anónimo dijo...

Vale. Jedi pedaras. Enserio. Use the force to rape.

Strait dijo...

Pederaste he dicho. (no pedaras) Bonita palabra, bautizaremos asi a un personaje.

Strait dijo...

Oh, mierda PEDERASTA. Esto ya no es normal.

Anónimo dijo...

Viva... jedis pederastas que matan hombres cerdo!!!!!!!

Esto si es algo épico.

Karela dijo...

muy bueno seguid asi :p
aunque al final de todo no entendi una cosa
cuando dice "listo, vete a dormir" a que se refiere con "listo"??? que estaba haciendo?

Strait dijo...

Terminaba de echarle el ungüento :D

Heldfield dijo...

Oh Dioses si es la forma que tiene mi querido Strait de perder el tiempo cuando no pierde el tiempo haciendo las tiras en las que yo he perdido el tiempo escribiendo guiones que harán perder el tiempo a la gente que las lee!
Por cierto, mola. Voy a seguir leyendo y posteando en capítulos atrasados de Jedis-pederastas.
En serio, mola.