sábado, 25 de octubre de 2008

Capitulo 2

Hals y Rolf

Hals abrió los ojos con pereza. Tenía todo el cuerpo agarrotado tras el esfuerzo del día anterior. Se puso en pie y aplastó su revuelto pelo castaño en un intento infructuoso de peinarse.

- Buenos días, Rolf.

No hubo respuesta. Hals miró a su alrededor intentando localizar al hombre. “Genial. Se ha ido. Por eso quería que me durmiera.”

- Buenos días, chico. – dijo una voz detrás de él.

Hals echó la mano a la espada de forma instintiva y se giró rápidamente.

- ¿Rolf?
- ¿Quién si no? ¿Te pasa algo, muchacho?
- Hace un segundo no… no estabas ahí…
- Claro que estaba. Aún estás algo dormido.

Era extraño, apenas conocía a aquel hombre pero su voz le resultaba tranquilizadora y tenía la sensación de que se creería hasta la última palabra que saliera de aquella boca.
Rolf se acercó a la hoguera casi extinta y echó algo de tierra para apagar el fuego.
Era un hombre fuerte, de mirada dura y parecía curtido en el arte de la guerra.
Su pelo y barba canosos hacían evidente que no era joven, pero se encontraba en perfecta forma física.
Hals se imaginó dentro de unos años como él, y se rió entre dientes mientras descartaba la idea de que un mequetrefe delgaducho se convirtiese en un hombre hecho y derecho como aquel.

- Recojamos nuestras cosas y pongámonos en marcha, chico.

Hals asintió:

- Cuanto antes nos marchemos de aquí, mejor.
- No seas tan duro. Mucha gente mataría por tener un pedazo de tierra al que llamar hogar.
- El problema es que este ya no es el mío…
- … porque mi familia está muerta. – interrumpió Rolf – Aun así, es bueno tener un sitio a donde volver.
- Ya no hay nada que me apegue a este lugar, no es mi intención volver.
- Eso nunca se sabe muchacho. Movámonos.

Siguieron un camino sencillo que se había marcado en la tierra por el paso continuado de personas y animales. Llevaban ya diez minutos andando en silencio cuando Hals lo interrumpió:

- Este camino… ¿No lleva al bosque de Amrades?
- En efecto.
- ¿No vamos a ir por una ruta principal?
- Hay unas cuantas personas que no me tienen mucha estima.- repuso el hombre – Si he elegido este camino es más por tu seguridad que por la mía propia.
- Por las historias que he oído sobre ese bosque, tienes que estar muy desesperado para querer atravesarlo… o muy loco.
- No son más que habladurías y cuentos para asustar a los niños, muchacho.
- ¿Cómo lo sabes?
- Porque me crié allí.
- ¡¿Viven personas en ese bosque?!
- Más o menos…
- ¿Cómo que más o menos? – preguntó incrédulo.
- Lo verás llegado el momento.

Hals decidió no insistir y redobló el paso. Encontrar a las bestias que habían matado a su familia era más importante que obtener respuestas, y pasar por un simple bosque no iba a echarlo para atrás.

Tras un par de horas de caminar, durante las cuales no intercambiaron palabra, llegaron al bosque sobre el mediodía. A Hals empezaron a sonarle las tripas, y en ese momento se dió cuenta de que llevaba casi un día completo sin proba bocado.

- Vaya chico, parece que estás hambriento – le dijo Rolf con una sonrisa
- Es que no como nada desde ayer… - se disculpó Hals avergonzado
- No pasa nada chico, han sido muchas horas y muchas emociones. Espera aquí y ve encendiendo una hoguera, voy a por algo de comer.

Hals se dispuso a encender un fuego, y después de casi media hora, y no sin dificultad, consiguió hacerlo.
Rolf llegó poco después con un ciervo a la espalda.
Una mirada más minuciosa de lo que iba a ser su almuerzo hizo que Hals se diese cuenta de que las heridas mortales que habían acabado con el animal no eran del todo habituales.

- ¿Qué le ha pasado al ciervo? – Preguntó Hals extrañado
- Pues el condenado se revolvió más de lo que esperaba al caer en la trampa, y mi espada ya no está tan afilada como antes… Aún así servirá para comer.

Se dispusieron uno frente al otro y empezaron a despellejar al animal para llegar a la preciada carne, que fueron acercando al fuego para que se dorase.
Comieron hasta hartarse y guardaron algunas sobras para más tarde.
Rolf se echó boca arriba sobre el campo y le dirigió una mirada de complicidad a Hals:

- Muchacho aprovecha para descansar aquí un rato, que pronto entraremos en el bosque y no es recomendable pasar ahí la noche.
- Está bien.

5 comentarios:

Karela dijo...

muy buena
que misterioso :o a ver que nos espera en el bosque y que demonios tiene de magico ese tío
seguid asi ^^

Anónimo dijo...

Sé de alguien que iba a actualizar como mucho cada dos díiiiiaaaassssss.
Sí os miro a vosotros òó

Strait dijo...

Es culpa de Néstor, que hace apariciones fugaces en el MSN. Yo he estado dibujando el mapa de Eldellion, pero aún no lo subí...
Spit Glld.

Galliard dijo...

eh! ha sido una semana conflictiva! Para la semana la tengo toda libre, asique prometo actualizaciones masivas y tetas! ah no tetas no... aun no!

Heldfield dijo...

Todos prometemos tetas... y al final nada...

Sigue molando.
Por cierto, fijo que mato al ciervo a pollazos, por eso las heridas son raras.